ESTA NO ES UNA HISTORIA DE FUTBOL
La primera vez que ví un partido de fútbol en vivo y en directo fue en el estadio Vulco, en San Bernardo. Mi padre y mi abuelo me llevaron a gritar por Magallanes, un equipo cuya gloria futbolística se había registrado en los 30. Creo que era uno de los pocos niños en la vieja galería de madera. Durante el partido una banda de viejos músicos animaba con platillos y trompetas al equipo mientras la hinchaba cantaba emocionada: "Magallanes, Magallanes, manojito de claveles (…) cuando sales a la cancha se nos estremece hasta el corazón, cuando sales a la cancha se nos estremece hasta el corazooooón". Esa vez también fue la primera que observé en vivo y en directo una "mamada". Ocurrió por casualidad. Al comenzar el partido, no pude aguantar las ganas de orinar. Mi padre, un hincha fanático del club, me dio permiso para ir al baño solo. Justo cuando me disponía a volver a mi asiento se me ocurrió pasar a un kiosco a comprar un dos en uno. Como no vi a nadie atendiendo me asomé por una escotilla y quedé en shock al ver cómo una bella joven magallánica le succionaba el pene a un tipo vestido con la polera del rival. El hombre sólo murmuraba "gol, gol, gol, ohhhh". Creo que el partido terminó 1-0 a nuestro favor. Todos ganaron.
El viernes pasado me enteré que "nuestro querido y viejo" Magallanes, como diría un relator deportivo, jugaba ese mismo día un partido crucial, ya que de perder, bajaría a tercera división. Me animé a volver al estadio, pero se me hizo tarde. Llamé a mi hermano: "Oye, dile al abuelo que a las 20.30 juega "el Maga". Si pierde nos vamos a tercera". Al igual que toda la familia, a estas alturas a nadie le importaba el club. Incluso, a través de mi peluquero, otro adicto a Magallanes, me enteré que en los últimos años sólo iban unas 500 personas a ver el equipo. Triste. "Más de la mitad de la hinchada está bajo tierra. Pero la bandidta aún toca", me dijo el peluquero hace algunos meses. "Ya, le voy a decir a mi abuelo entonces", me contestó mi hermano. En eso me acordé que este año el abuelo había sufrido un feroz infarto que casi lo mata. "No, mejor no le digamos nada. Si Magallanes pierde capaz que el abuelo se asuste demasiado", le advertí a mi hermano. A las 20.30 prendí la radio e intenté sintonizar alguna banda AM con el partido. Nada. Acto seguido, se me ocurrió llamar al diario. "Con la sección de Deportes por favor. ¿Sabe cómo va el partido de Magallanes?", pregunté. "Sí, terminó el primer tiempo. Magallanes va perdiendo 1-0", me contestaron.
Volví a llamar a mi hermano. "Oye, vamos perdiendo. Nos vamos a tercera", le dije. Mi hermano no hizo más que reírse. Mal que mal, hace algunos años él se había convertido en el primer miembro de la familia que había decidido romper con la tradición. Mi hermano, sencillamente no conocía "al Maga". Intenté sintonizar otra estación. Me cambié a F.M. Justó llegue a la Bio-Bío. En eso el conductor detiene la música y dice: "tenemos un despacho en directo desde el Estadio Municipal de La Florida. Al parecer Magallanes permanecerá en Segunda División. ¿Qué nos dice usted Rodrigo Sepúlveda?". "Buenas noches Manuel. Al parecer no. Deportes Temuco sepultó a Magallanes. Deportes Temuco succionó la ilusión de la familia magallánica. 2-0", respondió el reportero. Llamé a mi hermano por tercera vez: "Oye. Ahora sí que estamos fritos. Nos vamos. Magallanes desaparecerá. Se acabó. Perdimos. Oye, pero dime algo". "No le diré nada al abuelo", me contestó. Luego, cuando aún no me reponía de la noticia pensé en el viejo himno del equipo. Recién ahí comprendí la parte que dice que "se nos estremece hasta el corazooooón".
Al día siguiente, partí a la peluquería para concocer más detalles. "Oye Tito ¿Fuiste al estadio? Me imagino que estás triste, decepcionado", le dije a mi peluquero. "No fui. Supe que a un viejito le dio un infarto al final del partido. Un infarto. Imagínate. Mira Negro. ¿Sabes? La verdad es que ahora ando más preocupado de una clienta con la que voy a salir. Por ahora sólo necesito una buena mamada. Magallanes está muerto, pero yo no". Fin del partido.