miércoles, julio 19, 2006

EL HEMBRON

Hace dos semanas recibí un nuevo mail de alguien que sólo se identifica como calientita69@yahoo.es. Jamás reviso este tipo de correos, pero la curiosidad me ganó. Además, con sólo leer el título del e-mail, supe que merecía algo más que una muerte rápida en la papelera. "Quiero contigo", me escribió calientita; simple, clara y directa. Mi amiga virtual no me conoce, al menos eso creo. A ella me la imagino sedienta, insaciable; una yegua que siempre quiere llegar primera a la meta. Un día después de haber recibido este perturbador mail, me fui a la playa. Hace años que no recorría El Tabo. Disfruto de los balnearios pequeños, de los cerros con eucaliptos, de la arena negruzca y las olas grandes. Mientras paseaba por la costanera, escuché una voz familiar: "Hey Superstar. ¿Para dónde vas?". Hola Chumahue, le respondí a mi amigo, a quien no veía desde hace años y cuyo apodo es simplemente la abreviación de CHUcha-MAnso-HUEón. Ambos nos emocionamos y nos dimos un abrazo. ¿Cómo está tu familia? ¿Cómo está tu hermana?, le pregunté. "Bien. Todos bien. Sin novedades", me contó. ¿Sabías que tengo un primo que es amigo de tu hermana? Me dijo que ella está estudiando fotografía. "Claro. Ella está super bien, super loca eso sí. Es adicta a las fotos y a los blogs", me confesó Chumahue. Sacando cuentas, calculé que la hermana de mi amigo debería tener ahora unos 22 años. Pero desde chiquita era un "hembrón". Hace años, cuando alguien de nuestro grupillo de amigos debía ofrecer la casa para hacer algún trabajo de la universidad, todos persuadíamos a Chumahue. "Tu casa tiene un parrón", le decíamos. Sin embargo, lo interesante era el "hembrón". Recuerdo que la hermana de mi amigo estaba en el colegio, pero ya en esa época nos tenía hambrientos. Medía 1,75 y usaba su pelo castaño suelto como un caballo salvaje. Su jumper llegaba mucho más arriba de la rodilla e incluso una vez se dejó ver con unas ligas rojas. Muy atrevida. Además era bien delgada, pero tenía leche para regalar. "Un hembrón", como la bautizó un amigo. De vuelta en Santiago, llamé a Chumahue. Le dije que iba saliendo para su casa, pero me respondió que mejor nos juntáramos en un bar en la Plaza Italia. "¿Y qué has hecho en todo este tiempo Superstar?". No sé. A veces siento que no voy para ningún lado, como mi blog, le dije. Por ahora, estoy tranquilo, no quiero más fraudes en mi vida. Al poco rato, le conté sobre el correo de calientita69. Chumahue se excitó. Lo vi tan sediento que me convertí en Viejo Pascuero y le regalé un encuentro con mi amiga virtual. Calientita me había propuesto una reunión "sin compromiso" en un bar en Providencia, pero el día del encuentro me esperaba un panorama mucho mejor. Además, el pobre Chumahue tenía sed. Días después, Chumahue me llamó por teléfono. Se le notaba molesto. "Oye Superstar, tu amiga no existe. Me engañaste. Llegué al bar, esperé una hora y no pasó nada", me dijo. ¡Cómo! No puede ser. Me estás mintiendo. Calientita prometió estar ahí, aunque "sin compromisos" pues Chumahue. "No. Te estoy diciendo que no llegó. Por suerte apareció mi hermana, nos tomamos unos copetes y nos fuimos pa la casa". No te creo, le dije. "Como quieras Superstar. Nos vemos", fue lo último que me dijo mi amigo y lo último que supe del Hembrón.

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